martes, 5 de diciembre de 2006

soñador de moscas

Supuestamente era ya otro día
Era otro año y quizás, también,
otro minuto.


Bajé justo detrás de aquel taxi.
y andando lentamente perseguía sueños a los lejos,
como quien persigue moscas para luego,
aún sin quererlo, quitarles las alas,
posarlas en la mesa y ver como se desvanecen lentamente,
dando inútiles vueltas sobre un mismo fondo,
para acabar
muriendo irremediablemente.


Alas te quitan y manchas quedan
una tras otra, sin poder limpiarlas, tatuadas en el pasado.


Las moscas se reproducen mucho
y viven apenas dos, tres días.
Los sueños se reproducen poco
y duran apenas dos, tres vidas.

Era ya otro día, otro año.
Supuestamente los minutos nunca pasan.

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